Querida lectora, tengo algunas preguntas para ti: ¿alguna vez te has lesionado de gravedad? ¿Has estado en una situación desesperante en la que has derramado mucha sangre? Si tu respuesta a estas dos preguntas es afirmativa, ¿qué es lo que haces en estos casos? ¿Tratas de no moverte para evitar lastimarte más o decides poner manos a la obra y detener el sangrado?
Para cualquiera que haya sido tu respuesta, déjame decirte que tu situación financiera es algo similar a esta simulación. ¿Qué es lo que haces cuando tus finanzas se encuentran en mal estado? A continuación te comparto 4 opciones que te ayudarán a responder esta pregunta:
- Ubicas el área donde se encuentra el problema, pero no haces nada por solucionarlo. Solo te quedas allí, esperando a que pare el sangrado de forma “mágica”.
- Aplicas presión en las áreas donde tu dinero se escapa con rapidez, pero al dejar de hacer fuerza se derrama de nuevo. Y todo tu esfuerzo termina por no ser eficaz.
- Tratas de tapar el problema con otro problema; como hacer un gasto innecesario que promete “ayudarte” a resolver el problema por el que atraviesas. Esta acción equivale a tapar tu herida con algún material absorbente que, en vez de ayudar a detener el problema, solo drena más cantidad de líquido. Y, aunque no lo creas, esta puede ser la opción más peligrosa que puedas tomar a la hora de actuar.
- A pesar de la desesperación que se vive en el momento, tratas de mantenerte calmada y evitas entrar en pánico para no crear un problema más grande. Una vez que te encuentras tranquila, optas por hacer un torniquete en la área afectada para detener el sangrado financiero. De esta manera, puedes observar cómo, de a poco, el sangrado va parando hasta quedar un coágulo que tapone la herida.
Ahora, querida lectora, con toda la sinceridad del mundo responde: ¿cuál es el método que normalmente seleccionas para dejar de gastar? Si, para quedar bien con las demás personas, eliges la última opción, pero eres consciente de que no es verdad. Déjame decirte que esto solo te afectará a ti cada vez más.
Evita pasar más angustias y concéntrate en mejorar tu inteligencia financiera. Recuerda que, al empoderar a una mujer podemos empoderar al mundo.
Únete a la misión y haz que tus finanzas dejen de sangrar.