Querida lectora, ¿has recorrido todo este camino a través de los correos que han estado llegando a ti, pero aún no sabes qué tipo de mujer financiera eres? Si es así, aquí te diré otra manera de saberlo. ¡Vamos! Atrévete a descubrirlo.
Para facilitar esta diferenciación, vamos a clasificarlas en dos tipos:
- El primer grupo, son las mujeres que carece de conocimiento financiero y piensan que:
- No quieren compromisos.
- No quieren molestias ni dolores de cabeza.
- Evita salir de la Zona Ciega.
- Evita correr el mínimo de riesgos.
- Sus gastos son excesivos y se encuentra endeudada.
- Solo se enfoca en quejarse.
Con estas características, las mujeres que tienen muy poco conocimiento financiero evitan agendar o adquirir acciones de las cuales saben que les aportará algún problema en alguno de sus aspectos, prefieren evitar cualquier molestia que estas les pueda aportar y no quieren salir de su zona de confort en dónde piensan que “no pasará nada”.
- Por otro lado, el segundo grupo, son las mujeres que tienen un alto nivel de conocimiento financiero y piensan que:
- Piensan en cumplir las metas que se proponen.
- Toman acción para salir de la Zona Ciega y llegar a la meta que desean.
- Sus gastos son prudentes y procura planear cada uno de ellos.
- Solo se enfoca en buscar las mejores soluciones para mejorar sus problemas.
Con estas características, las mujeres que tienen mucho conocimiento financiero se enfocan en agendar las acciones que puedan aportar algún tipo de solución a los problemas de dinero que ellas atraviesan para evitar cualquier tipo de sangrado financiero que pueda repercutir o afectar en sus finanzas. No temen a salir de la zona de confort en la que se encuentran y tratan de buscar soluciones adecuadas en cada ámbito de su vida.
La gran noticia es que tú has optado por ser un gran miembro del grupo. Tu meta es formar parte de la comunidad de mujeres que conocen su realidad financiera y que sin importar si al día de hoy es buena o mala.
Tú eres una mujer activa y muy pronto te encontrarás en acción para ser conscientes de las heridas financieras y sanarlas adecuadamente.
Y tú, ¿eres una mujer que conoce su realidad financiera o careces de este conocimiento? Recuerda que, al empoderar a una mujer podemos empoderar al mundo.
Únete a la misión y haz que tus finanzas dejen de sangrar.